Una de
las peores decepciones que tengo de mi misma y seguramente uno de los peores
defectos de algunos, es la costumbre de dejar proyectos sin terminar.
Empezar a estudiar algo y dejarlo, empezar a pintar un
cuadro y dejarlo, la dieta, uf, un tejido de crochet, y así la lista sigue
interminable. Algunos como yo, tienen energía fluctuante, y a veces estamos con
toda la polenta y a veces perdemos todo el entusiasmo de un día para el
otro.
Me pasa que tengo ideas muy buenas y me desanimo con
facilidad.
Para los que no conocen toda mi historia y llegaron hoy de
casualidad, les cuento que este blog nació cuando sentí la necesidad de
compartir mis vivencias después de haber pasado por el proceso de cuidar a un
hijo con cáncer.
Caos, quimioterapia, trasplante, dolor y sanidad. Fe,
salud, restauración.
Pero los miedos nunca se van. Los que entienden, saben lo
que significa eso. Y tal vez quisieran saber que siento yo, unos cuantos años
después.
Hoy volví al blog para decir que tengo miedo, y que no me
da vergüenza tener miedo. Estoy convencida que el ser humano normal teme, y que
está permitido, por mas fe que tenga.
Seria mentirosa si les dijera que confío absolutamente en
Dios. ¿Pero Elda, no
blasfemes?!
Es que si confiara en El, podría caminar sobre el agua, no tendría
deudas, sacaría monedas de los peces y convertiría en leche el agua de la
canilla. Si tuviera suficiente fe, no aconsejaría a la gente con cáncer, oraría
por ellos y serian sanos. Lo bueno es que siempre hay una respuesta que viene
de Dios para mis conflictos. No es fortuito, desde chica la biblia es mi manual
de operaciones en tiempos de crisis.
El miedo
volvió y entonces recordé que la biblia dice:
"Y estoy seguro
de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que
quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva" Filipenses
1:6 (NTV)
El no deja las cosas sin terminar. Todo está
perfectamente calculado en su universo. Yo fallo, no tengo fe, yo no cumplo mis
promesas, pero eso no cambia sus planes.
Los planes de Dios se llevan a cabo con o sin nuestra completa colaboración. Pensar
que mi falta de fe va cambiar algo, es como empequeñecer las ideas de Dios hasta
la altura de mis fallas.
Dios tiene un plan con mi hijo, desde que lo concebimos,
y eso si es más simple de entender y creer. Y me hace feliz saber que Dios no hace las cosas según mis
posibilidades, ni según mi estabilidad emocional. Y en ese sentido si confío
plenamente en Él.
No necesito entender sus planes, solo necesito saber
que Él los tiene bien claros.
Wooooow Gracias por estas palabras me animan a seguir a pesar de los temores. Pues el terminará la obra que empezó!
ResponderEliminarGracias gracias!!
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